Con absoluta convicción

02.07.2018

El pasado 23 de junio la escuela en la que imparto diferentes talleres literarios presentó la colección de relatos Con absoluta convicción, obra compuesta por una selección de textos de algunos de los alumnos que han pasado por el centro a lo largo del curso escolar.

Tuve el honor de escribir el prólogo del libro, en el que intenté explicar lo que, bajo mi punto de vista, debería ser un espacio de formación para escritores y los vínculos que deben crearse entre profesor y alumno para el correcto desarrollo de la actividad. Vínculos que, en un importante porcentaje, se cimentarán en la confianza que debe producirse entre ambos. El profesor debe confiar en su alumno y el alumno debe confiar en su profesor.

Y es justo por eso por lo que decidí titular el texto de esta forma.

CONFIDĀRE

Una noche del mes marzo del año 1966, en el número 19 de la calle La Loma, situada a unas pocas manzanas de la avenida más transitada de Ciudad de México, sonó un teléfono. Descolgó una mujer de nombre Mercedes, al otro lado de la línea el propietario del inmueble, Luis Coudurier, le comunicó a la señora que debían abonarle los recibos atrasados del apartamento, que ya sumaban tres mensualidades.

Ella, tras mirar fijamente a su esposo, que se encontraba sentado frente a una máquina de escribir, le indicó que en ese mismo momento no podían asumir el pago de la vivienda, pero que en seis meses su marido habría terminado la novela en la que estaba trabajando y entonces, con las rentas generadas por el libro, le abonarían todos los retrasos.

Luis Coudurier guardó un largo silencio, calculó mentalmente la cantidad que entonces le deberían, correspondiente a nueve mensualidades, y finalmente respondió: Si ambos están seguros del éxito que la obra tendrá, confiaré en su palabra y esperaré el tiempo que necesiten.

En agosto de ese mismo año 1966, Gabriel García Márquez recibió un cheque por valor de 500 dólares como adelanto por los derechos de autor de los 8.000 ejemplares que se imprimirían de su novela Cien años de soledad, dinero con el que pudo saldar sus deudas.

Mucho tiempo después, en 1982, cuando el genio colombiano recibió el Premio Nobel de Literatura, contó esta anécdota asegurando que sin la confianza de su casero, jamás hubiera podido terminar su obra maestra.

Ahora soy yo el que toma prestada esta historia para ilustrar con ella el trabajo que realizamos en Ítaca. Y es que si alguien me pidiera que resumiera en una sola palabra la tarea que llevamos a cabo en la escuela, utilizaría justo esa: Confiar.

Su origen etimológico nos indica que proviene del latín "confidāre", y que está compuesta por el prefijo "con", cuyo origen sería "cum" y su significado "todo" o "junto", y del término latino "fides", que quiere decir "fe".

Por lo que, basándonos en esta composición, la palabra confiar podría interpretarse literalmente como "con toda la fe" o "con absoluta convicción".

Supongo que eso fue justo lo que hizo Luis Coudurier, confiar en un tipo bajito y con gafas, que se pasaba el día sentado frente a una máquina de escribir. Creer en él con absoluta convicción. Confiar en un hombre por el que nadie hubiera apostado.

Y es que la literatura requiere de espacio, de tiempo, de paciencia y de confianza. Y es por eso que, en Ítaca, no nos limitamos a transmitir conocimientos teóricos a nuestros alumnos, sino que les guiamos en su camino, confiamos en ellos y en sus capacidades, puesto que sentirse respetado y valorado es una parte fundamental del proceso creativo.

El libro que tenéis en las manos, es el resultado de todo ese esfuerzo. De un año de acompañamiento, de confianza; de todo un curso viajando libremente por la imaginación, donde no existen fronteras ni limitaciones.

Cada uno de los relatos que lo forman son un destino propio. Un destino al que llegar y en el que quedarse.

Os invitamos a recorrerlos y disfrutarlos.

Nosotros, por nuestra parte, nos quedamos con la satisfacción de saber que hemos formado parte del trayecto; que hemos ayudado a cada uno de sus autores a recorrer el camino que les ha llevado a encontrar su propio destino.